Ver oportunidades en plena incertidumbre
Corría el año 2020. Mientras el mundo atravesaba uno de sus momentos más inciertos con la llegada de la pandemia, en MMA seguíamos atentos a las oportunidades. El trabajo en campo se redujo, pero las ideas no pararon. Fue en ese momento, cuando el ritmo bajó, que el equipo de ingeniería detectó una problemática operativa con gran potencial de mejora: las limitaciones que imponían las secciones C tradicionales en cabezales de los pozos tubingless de Neuquén.
Las operadoras trabajaban con distintos tipos de cabezales —muchos sin secciones C— y con cronogramas que cambiaban de un día para el otro. Las soluciones existentes eran incompatibles entre sí, costosas y difíciles de implementar sin interrupciones de operación. Había que encontrar una manera de adaptarse a esa realidad.
Así nació el desafío: ¿y si desarrollábamos un sello que pudiera adaptar nuestros equipos a cualquier cabezal o sección, sin importar la marca, el modelo o el estado del mismo?
Corría el año 2020. Mientras el mundo atravesaba uno de sus momentos más inciertos con la llegada de la pandemia, en MMA seguíamos atentos a las oportunidades. El trabajo en campo se redujo, pero las ideas no pararon. Fue en ese momento, cuando el ritmo bajó, que el equipo de ingeniería detectó una problemática operativa con gran potencial de mejora: las limitaciones que imponían las secciones C tradicionales en cabezales de los pozos tubingless de Neuquén.
Las operadoras trabajaban con distintos tipos de cabezales —muchos sin secciones C— y con cronogramas que cambiaban de un día para el otro. Las soluciones existentes eran incompatibles entre sí, costosas y difíciles de implementar sin interrupciones de operación. Había que encontrar una manera de adaptarse a esa realidad.
Así nació el desafío: ¿y si desarrollábamos un sello que pudiera adaptar nuestros equipos a cualquier cabezal o sección, sin importar la marca, el modelo o el estado del mismo?

Ingeniería colaborativa para una idea poderosa
El desarrollo del Sello L fue una iniciativa genuina de nuestro equipo, liderado por profesionales como Hernán Janeiro, Key Account Manager, Marcelo Bramajo, Coordinador de Ingeniería, Darío Gómez y Néstor Romero, proyectistas, junto al valioso aporte del área de mecánica, con Daniel Caivano entre otros protagonistas.
El primer paso fue pensar en un diseño que superara la necesidad de adaptar la sección C a cada modelo de cabezal. La clave estuvo en una aleación metálica blanda que, al deformarse durante la instalación, se amolda a cualquier imperfección de la superficie de la brida, garantizando así un sellado perfecto.
No todo fue sencillo. En las primeras pruebas, los prototipos arrojaban resultados dispares. Luego de varios ensayos, el equipo descubrió que el problema estaba en la concentricidad del mecanizado. A partir de esa corrección, los resultados mejoraron drásticamente. El sello fue probado con éxito en condiciones extremas de temperatura, calificado por Bureau Veritas y posteriormente patentado.
El desarrollo del Sello L fue una iniciativa genuina de nuestro equipo, liderado por profesionales como Hernán Janeiro, Key Account Manager, Marcelo Bramajo, Coordinador de Ingeniería, Darío Gómez y Néstor Romero, proyectistas, junto al valioso aporte del área de mecánica, con Daniel Caivano entre otros protagonistas.
El primer paso fue pensar en un diseño que superara la necesidad de adaptar la sección C a cada modelo de cabezal. La clave estuvo en una aleación metálica blanda que, al deformarse durante la instalación, se amolda a cualquier imperfección de la superficie de la brida, garantizando así un sellado perfecto.
No todo fue sencillo. En las primeras pruebas, los prototipos arrojaban resultados dispares. Luego de varios ensayos, el equipo descubrió que el problema estaba en la concentricidad del mecanizado. A partir de esa corrección, los resultados mejoraron drásticamente. El sello fue probado con éxito en condiciones extremas de temperatura, calificado por Bureau Veritas y posteriormente patentado.

Un sello que se adapta a todo
La primera instalación de campo se realizó en Vaca Muerta, en Neuquén, y desde entonces, otras grandes operadoras comenzaron a implementar esta solución reconociendo su practicidad y eficiencia.
Las ventajas son claras:
Hoy, gracias al Sello L, MMA ofrece una solución versátil, robusta y alineada a las necesidades reales del campo. Una herramienta que nació en pandemia, creció con ingeniería, y se consolidó con trabajo en equipo.
En Moto Mecánica Argentina no improvisamos: diseñamos soluciones.
El Sello L es una muestra de cómo una idea bien ejecutada, puede generar valor real para toda la industria.
La primera instalación de campo se realizó en Vaca Muerta, en Neuquén, y desde entonces, otras grandes operadoras comenzaron a implementar esta solución reconociendo su practicidad y eficiencia.
Las ventajas son claras:
- Compatibilidad total: el Sello L puede instalarse en cualquier cabezal bajo norma API, sin relevamientos previos.
- Menor tiempo de instalación: reduce los tiempos de intervención, algo clave en operaciones críticas.
- Integridad operativa: su doble barrera metálica asegura máxima confiabilidad, incluso en pozos con presión entre columnas. Además, no es necesario sacar la brida adaptadora del cabezal. evitando problemas de presiones anulares.
- Costo eficiente: menor altura, menos material, más valor.
Hoy, gracias al Sello L, MMA ofrece una solución versátil, robusta y alineada a las necesidades reales del campo. Una herramienta que nació en pandemia, creció con ingeniería, y se consolidó con trabajo en equipo.
En Moto Mecánica Argentina no improvisamos: diseñamos soluciones.
El Sello L es una muestra de cómo una idea bien ejecutada, puede generar valor real para toda la industria.

Vaca Muerta, Neuquén
Argentina
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